Aunque Uruguay mantiene un crecimiento económico sostenido, persisten brechas estructurales en las que la ayuda podría ser útil, dijo la directora de la Agencia de Cooperación, Andrea Vignolo. Además informó que el Gobierno pidió la revisión de los criterios de asignación del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE antes de que el país fuera retirado de la lista de elegibles por haber ingresado a la categoría de renta alta.
Desde 2013, Uruguay es considerado por el Banco Mundial como un país de renta alta, categoría establecida para los estados con un ingreso per cápita de más de 12.500 dólares, explicó Vignolo, directora de la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI), en entrevista con la Secretaría de Comunicación Institucional.
Con la creación del fondo de ayuda de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), todos los países industrializados, que integran ese organismo, se comprometieron a aportar recursos equivalentes al 0,7 % de su producto interno bruto (PIB), a fin de combatir situaciones de desigualdad y pobreza.
También determinaron que, si el país receptor de la ayuda es catalogado como de renta alta por un período consecutivo de tres años, es cambiado de categoría y, por lo tanto, será pasible de no recibir más cooperación. Esos criterios de cooperación se basan en los índices utilizados por el Banco Mundial, que, para otorgar préstamos, clasifica a los países en categorías de renta baja, media y alta.
Vignolo consideró que el criterio utilizado para asignar los fondos de la denominada Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) es antiguo porque da prioridad a un concepto economicista del desarrollo y no multidimensional, como el que establece la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, aprobada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2015.
La directora de AUCI calificó de incongruente ese desfasaje de criterios, ya que los países industrializados que integran el Comité de Ayuda al Desarrollo también aprobaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. “Nadie había pensando cuáles eran las consecuencias de dejar de ser elegible para recibir ayuda (…). A Uruguay se les están cambiando reglas de juego por ser considerado un país de renta alta”, indicó.
Algunos de los efectos directos de esa decisión son la disminución o cancelación de recursos financieros y técnicos, como donaciones, préstamos, becas, entre otros. Otras posibles consecuencias de ser catalogados como país de renta alta son la exclusión del sistema multilateral de preferencias arancelarias y el aumento de las tasas de interés de algunos préstamos.
Entre las consecuencias indirectas, podrían encontrarse el aumento de las cuotas que Uruguay paga por su membresía a los organismos internacionales y su participación en eventos como parte de su estrategia de inserción internacional.
“Nosotros reconocemos que Uruguay ha crecido en estos años, avanzado en políticas sociales, en la lucha contra la desigualdad y la pobreza, pero todavía tiene algunas brechas estructurales donde la cooperación puede ser importante”, precisó.
Por esta razón, el Gobierno, a través de la AUCI, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y los ministerios de Relaciones Exteriores y de Economía, promovió un ámbito de diálogo con Chile, país que como Uruguay fue retirado de la lista de elegibles.
Esto derivó en el envío de una carta conjunta al Comité de Ayuda Oficial al Desarrollo, en la que se solicita revistar los criterios de asignación del producto interno bruto por persona por uno más inclusivo que contemple la noción de desarrollo multidimensional, indicó Vignolo. El tema también fue llevado ante la Asamblea General de la ONU por el presidente Tabaré Vázquez.
El planteo de Uruguay cuenta, además, con el respaldo de otros países de América Latina y África, así como de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Centro de Desarrollo de la OCDE. “Si bien el Comité de Ayuda Oficial al Desarrollo nunca nos dio una respuesta a la carta que enviamos, sí empezó a ser más permeable y ahora nos está convocando a tener un espacio de diálogo”, señaló.
Vignolo añadió que aunque no será un trabajo con resultados a corto plazo, existe buena disposición de los cooperantes internacionales para seguir trabajando con Uruguay.